Gamificación educativa, una metodología que rompe esquemas

gamificación educativa

Utilizar los principios elementales del juego en entornos educativos, es un escenario cada vez más frecuente. Sin embargo, la gamificación educativa, como se le conoce a este fenómeno, no es una metodología nueva dentro de las aulas de clase. 

Aunque la gamificación tiene sus orígenes en diferentes áreas del sector empresarial, su aplicación en el mundo de la educación empezó a consolidarse desde los años 80. Su objetivo: motivar a los estudiantes y comprometerlos con su aprendizaje.

Al hacer de contenidos complejos, materias divertidas, los estudiantes no solo comprenden e interiorizan la información, sino que disfrutan el proceso. Y es que no se necesita de un genio para saber que a los niños les encantan los juegos (y videojuegos). Así que aplicar algunas de sus funciones para apoyar su aprendizaje, sin duda, es un éxito.

Pero antes de ahondar en las aplicaciones y los beneficios de la gamificación educativa, vale aclarar el concepto mismo de gamificación. Este se puede definir como un conjunto de actividades y procesos basados en las características de los elementos del juego para resolver problemas (True Education Partnerships, s.f.).

La adquisición de puntos o medallas y el avance a niveles superiores, son algunas dinámicas que también pueden usarse en contextos ajenos a los de un juego. Ya sea en marketing digital, aplicaciones empresariales o herramientas de producción, este es un método que replica la estimulación y la diversión.

Ahora, el desarrollo de nuevas tecnologías ha potenciado su práctica, especialmente cuando se trata de gamificación educativa. Por eso, aquí exploraremos los diferentes usos dentro de este ámbito y sus múltiples beneficios.

Gamificación en el salón de clase

La teoría dice que el aprendizaje es más efectivo si los estudiantes también se divierten durante el proceso. Al igual que en la educación tradicional, se deben establecer metas, objetivos y logros, pero sin eliminar la diversión de esta ecuación. Y es a través del trabajo en equipo y la competencia entre compañeros que ellos asimilan nueva información y, al mismo tiempo, ponen a prueba sus conocimientos.

Así como se emplea en diferentes asignaturas escolares, también se ha adaptado ampliamente en herramientas y cursos de autoaprendizaje. Y esto demuestra que la gamificación educativa también tiene efectos sobre los adultos. O, ¿no es cierto que esas mismas características de los videojuegos que tanto atrapan a los niños también enganchan a los adultos?

Independientemente del contenido, es el carácter lúdico lo que genera una experiencia positiva en los aprendices. Pero esta también resulta una técnica provechosa para los profesores, pues a través de ciertas dinámicas pueden identificar las necesidades individuales de los alumnos y así ajustar sus metodologías. ¿Cuáles son esas dinámicas?

¿Cómo aplicar la gamificación educativa?

No existe un único set de reglas que determinen el éxito de la gamificación en el aula. El límite lo establece la creatividad y la recursividad de los docentes, quienes pueden utilizar una combinación de estrategias para cumplir con el objetivo final: enseñar.

Las técnicas mecánica y dinámica proponen dos abordajes para aplicar la gamificación educativa.

Técnica mecánica

El estudiante recibe una recompensa una vez alcance sus objetivos. Las mecánicas más utilizadas son las siguientes:

  • Acumulación de puntos: se asigna un valor cuantitativo a cada acción y se suman puntos a medida que estas se realizan.
  • Escalado de niveles: se definen una serie de niveles que el usuario debe superar para avanzar al siguiente.
  • Obtención de premios: se generan a medida de que se cumplen los objetivos.
  • Regalos: son obsequios físicos que se otorgan al jugador de manera gratuita al conseguir un objetivo.
  • Clasificaciones: se clasifica a los usuarios en función de los puntos u objetivos logrados.
  • Desafíos: el ganador de la competencia recibe puntos o premios.
  • Misiones o retos: se trata de resolver o superar un reto, solo o en equipo.

Técnica dinámica

Su enfoque es generar motivación para que el estudiante avance y consiga sus objetivos. Las dinámicas más utilizadas son las siguientes:

  • Recompensa: se obtiene un beneficio merecido.
  • Estatus: se establece un nivel jerárquico social valorado.
  • Logro: se crea una superación o satisfacción personal.
  • Competición: existe el simple placer de competir e intentar ser mejor que los demás.
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Imagen: Aplicaciones de la gamificación educativa

Estas técnicas pueden ser aplicadas a una gran variedad de materias escolares, especialmente a aquellas que suelen ser complejas para los estudiantes. Gamificar los programas y agregar elementos de juego en sus abordajes, sin duda, despierta la curiosidad y motivación y ayuda a los alumnos a procesar la información desde una perspectiva diferente. Miremos dos ejemplos comunes.

Matemáticas

Para muchos, esta resulta una materia bastante intimidante, pero inevitable ya es que es un elemento básico dentro de los programas académicos. Y por lo mismo es una de las que más potencial tiene a la hora de desarrollar dinámicas de gamificación matemáticas

Un estudio de la Universidad de Deakin identificó que los estudiantes responden de forma más positiva y comprometida, cuando las clases son gamificadas. Además, son más productivos y participativos.

La gamificación en las matemáticas también disminuye la ansiedad que le produce a los alumnos que no se sienten tan cómodos con esta materia. Por el contrario, su concentración aumenta, particularmente en niños con discapacidades de aprendizaje.

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Imagen: Monster Numbers es una aplicación de gamificación matemática

Educación física

La gamificación en educación física aleja el enfoque de esta clase de las habilidades que se deben tener para practicar un deporte. En contraste, se enfoca en crear pruebas u obstáculos que los estudiantes deben resolver para así acumular puntos o recibir un premio. De esta forma, se convierte en un ambiente cómodo y divertido para aquellos que sienten poca motivación por la actividad física.

5 beneficios de la gamificación educativa

El deseo de ganar un juego o una competencia siempre ha sido la principal motivación de los participantes. Y cuando esto se traslada a los salones de clase, se evidencia un cambio de actitud entre los estudiantes como resultado de un enfoque de aprendizaje práctico. A continuación se enumeran algunos de estos beneficios:

  1. Hace del aprendizaje algo divertido e interactivo

Sin importar el contenido de la clase, se pueden crear materiales educativos y entretenidos. Y la naturaleza propia del juego (la competencia) despierta el interés de los estudiantes.

  1. Crea una adicción al aprendizaje

El principal objetivo de la educación es despertar el interés por nuevos conocimientos. Pero esto solo se logra si, en principio, tenemos una experiencia de aprendizaje positiva. 

Cuando ganamos un juego, nuestro cerebro libera dopamina, la hormona de la felicidad. Aprender algo nuevo también resulta gratificante y el aumento de los niveles de dopamina nos ayuda a retener nueva información. 

  1. Tiene aplicaciones al mundo real

Aplicar los conocimiento en escenarios prácticos es la mejor forma de consolidar nuevas habilidades. Y esto es lo que precisamente hace la gamificación educativa

Las matemáticas, por ejemplo, a veces resultan un poco abstractas, pero a través de técnicas de gamificación, los estudiantes pueden entender cómo se aplican a la vida diaria.

  1. Proporciona retroalimentación en tiempo real

La evaluación resulta una parte fundamental de cualquier estrategia. La gamificación, al integrar un sistema de puntos, niveles o desafíos, nos permite medir en tiempo real el avance hacia los objetivos establecidos. Y si se presentan problemas, se pueden hacer ajustes oportunos sobre la metodología.

  1. Mejora la experiencia general de aprendizaje
  • Los estudiantes se involucran con el contenido de las clases en un entorno más informal y efectivo.
  • Los estudiantes se sienten más cómodos en este entorno, por lo que son más proactivos.
  • Los estudiantes se sienten más tranquilos al cometer errores y tienen menor frustración al fracaso.
  • Se presentan niveles más altos de concentración y participación.
  • Los estudiantes se sienten en control de su propio aprendizaje.

Efectos de la gamificación en los niños

Más allá de lograr objetivos académicos en las aulas de clase, la gamificación en la educación infantil ha demostrado tener efectos sobre otro tipo de habilidades que son fundamentales para el desarrollo de los niños.

Confianza

Se ha comprobado que una combinación de juegos y actividades ha ayudado a mejorar el desempeño de estudiantes que han tenido dificultades en ciertas áreas. Y como la gamificación en el aula permite hacer seguimiento del progreso, esto crea en ellos confianza para seguir cumpliendo los objetivos (Venture Beat, 2018).

Esto resulta particularmente importante en edades tempranas, pues desarrolla en los niños deseo de autoaprendizaje, actitud positiva frente a los desafíos y mayor productividad.

Resolución de problemas

Al exponer a los estudiantes a los retos propios de la gamificación, la necesidad de sumar puntos o subir de nivel les exige ser curiosos, pensar de forma crítica y colaborar entre ellos. Estas son habilidades vitales a la hora de resolver cualquier tipo de conflicto: familiar, laboral o personal.

Desarrollo cognitivo

El pensamiento crítico del que hablamos, estimula la actividad en varias regiones del cerebro y, por consiguiente, su desarrollo adecuado. Según un estudio de Blumberg y Fisch, “los juegos que invitan al pensamiento crítico y la resolución de problemas pueden mejorar la capacidad de procesamiento y retención de información de los estudiantes” (3P Learning, 2020).

Conclusión

La gamificación educativa entró a las aulas de clase desde los años 80, con el fin motivar a los estudiantes a conseguir mejores resultados. Esta metodología usa los elementos del juego para recompensar a los participantes cuando alcancen algún objetivo o meta. Su éxito se debe a que su aplicación en ámbitos académicos también desencadena emociones humanas reales como la felicidad, la intriga, la emoción y el logro.

Pero además de aumentar la concentración y la productividad, también fortalece habilidades vitales entre los niños, como la autoconfianza, la resolución de problemas y el desarrollo cognitivo. Los resultados confirman que el aprendizaje es más efectivo si los estudiantes también se divierten durante el proceso.

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